5.3.15

Hijito, por favor !haz travesuras!

Hasta hace una semana andaba renegando porque el tiempo de los terribles dos años ya llegó a esta casa con Tiago, mi hijo mayor, tiene tanta energía que amanece y  presiento que acabaré rendida, levantando juguetes por aquí y por allá y sobre todo chequeando si algo no está roto, desarmado o perdido; pendiente de sus travesuras, cansada, amargada y con el grito de "Nooo, eso Noo" cada cinco minutos, esperando que llegue la noche para verlo dormir, terminar de hacer las cosas de la casa y poder descansar sin alguien correteando, tropezandose y llorando, pidiendome que lo cargue, mientras cargo a Gaelito que también necesita de mi, esperando que el también se duerma, volviéndome loca con tanta bulla y mirando al techo sin decir nada.


Hasta que el cielo me mandó una prueba, una advertencia,  un jalón de orejas que me puso a llorar, mi hijo de dos años empezó a sentirse mal, el estómago se le aflojó, vómitos,   no tenía apetito, no quería otra cosa más que dormir y si no dormía, lloraba; sin sonrisa, sin ganas de nada, lo vi así por cuatro días, no recibía remedio alguno, estaba muy mal, nunca se había enfermado de esa manera y el último día fue el peor, apenas recibía agua, tratamos de darle lo que recetó el doctor y ni agarrandolo entre cinco.

Yo estaba nerviosa, preocupada, lo miraba y no lo reconocía, adelgazó demasiado, era irremediable que yo no empezara a lagrimear, que solicitara sus travesuras, sus risas, no me importaba que rompiera lo más valioso de la casa porque lo único que yo quería era verlo sano, feliz y con las energías de siempre. Por supuesto Dios no es ajeno a éste hogar y con mucha fé se lo dejamos en sus manos y la recuperación empezó al día siguiente cuando mi tesoro se levantó y con su vocesita hermosa pidió "teta", mi esposo corrió a prepararlo y de inmediato me regresó el corazón al pecho, no me aguanté las ganas de abrazarlo y agradecer a Dios por darme un angelito, por hacerme ver en sus travesuras el valor de su salud.

Les pido a ustedes mis queridas mamatitas que miren fijamente el rostro de sus hijos y vean en ellos una ventanita al cielo que no hace más que brindarles luz día a día.

Pd: Este post va dedicado a mi hijo mayor Tiago Micael, TE AMO MI TRAVIESO.








4 comentarios:

  1. Siempre nos molestamos por las travesuras . pero lo qe realmente no sabemos es que eso es su trabajo de ellos /
    😊

    ResponderBorrar
  2. Si es bueno que jueguen,por que cuando enferman parecen una flor marchita.y apena mucho verlos decaidos con fiebre son ganas de nada.....agradeciendo siempre a Dios por que nos dio niños sanitos y que siempre los proteja.

    ResponderBorrar
  3. Que lindas chicas, pues ahora lo entiendo todo jijiji es mi tesoro traviezon

    ResponderBorrar
  4. Que lindas chicas, pues ahora lo entiendo todo jijiji es mi tesoro traviezon

    ResponderBorrar