31.1.15

"La elección más difícil"

Ser mamá de dos es una experiencia muy hermosa, saber que amas a dos personitas de la misma manera, saber que los dos te aman y sobre todo saber que los dos te necesitan, ese es ahora mi dilema, el saber  que para cuidarlos necesito el doble de paciencia y no terminar llorando con ellos, que a decir verdad muchas veces lo he hecho!

Antes de que nazca mi segundo bebé tuve mucho temor (normal), el miedo ese que te hace pensar en muchas cosas,  pero cuando llega el día tu instinto te va llevando de la mano, claro también la experiencia de tu primer bebé ayuda un montón, cambias los pañales como si nada, los cargas con amor pero no con el temor de romperlo jijiji, además a la hora del baño lo puedes disfrutar mucho más, eso me pasó a mí y yo re-feliz; Pero ahora con Tiago de dos años que esta con la travesura  a mil,  además de que en su caso si tuvo un poco de celos de su hermanito menor que no permitía que su papi lo deje un solo instante, y cuando se iba a trabajar pues mamá es la que tomaba la posta, los lloriqueos, los primeros berrinches, esos que te la hacen en plena calle y no sabes que hacer, yo cargando en mi fular a mi Gaelito de 5 meses y Tiago atrás sentado en la vereda, llorando y pidiendo ser cargado, imaginenme arrodillada, abrazandolo, tratando de consolarlo sin que pueda hacer nada más, solo esperar a que se calme (que tardó mucho), una vez bastó y no volví a salir sola con los dos, por lo menos hasta que crezcan un poquito más.


A lo que me refiero es que por el momento debo elegir a quien atender primero y dejar llorando al otro, esa elección es la más difícil, la más dura ya que en algún momento del día se sincronizan los dos y no hay otra alternativa si no tengo una ayuda como una nana o a mi mamá que esta lejos; No es a quien amo más, los dos me necesitan de la misma manera y eso lo hace peor, en ese momento me debo convertir no en super mamá sino en mamá flash para poder terminar con uno y empezar con el otro, mientras la culpa me persigue por dejarlo llorar y calmarlo con la tv o el celular (que Dios me juzgue y ustedes no)

No voy a mentir, todo el día no soy una sedita, hay días en que me meto  al baño y si no cuento hasta diez creo que sería capaz de tirarme del cuarto piso de este edificio, claro es una exageración pero por el momento el conteo me funciona jejeje.

Por supuesto ver la sonrisas de mis hijos me reconforta, me llena de energía, ustedes mamitas lo saben, saben que no solo es un cliché, tenemos días felices, días más o menos y días  super cansados pero sinceramente esos días no los cambiaría por nada.

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